El futuro tan temido ya llegó, la industria tealera manifiesta : “No estamos vendiendo té”. Culpan a la Ley de Bioinsumos.

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Temen por la pérdida de mercados y advierten que todo se debe a la Ley de Bioinsumos aprobada en junio de este año.

La Ley de Bioinsumos que prohíbe el uso de glifosato en Misiones, de acá a dos años, impacta en el sector productivo y las empresas que se dedican a exportar té, algo que quedó en evidencia en la última reunión de la Comisión Provincial del Té (Coproté), realizada el martes de esta semana.

Ver:https://lavozdisruptiva.com/index.php/2023/09/06/peligran-las-ventas-de-te-a-estados-unidos/

Con este panorama, el productor Cristian Klingbeil, integrante de la mesa de la CoProTé, quien dijo que están “tremendamente preocupados. El martes tuvimos una reunión y la industria expuso una situación que nos dejó con los pelos de punta. Dijeron: “No estamos vendiendo té”.

Luego comentó que si bien vinieron los compradores, “la mayoría hizo la misma pregunta y cómo van a reemplazar el glifosato, cuál es el plan. No tenemos”.

Luego agregó que las empresas les dijeron que “no se sorprendan si a mitad o fines de marzo decimos no compramos más té porque nos llenamos y para qué vamos a sobrestockearnos si no tenemos un panorama claro de si vamos a vender el té o no. Hoy no se está embarcando lo que normalmente se embarca (para exportar) a esta altura del año y está quedando stock, se está acumulando en los depósitos. Encima está acompañando el clima, estamos teniendo rendimientos bastante aceptables”.

Aparte, las empresas se tienen que endeudar para comprar la materia prima y elaborar toda la producción. Además para exportar el té, la mayoría tiene que cumplir una norma de certificación, Rainforest principalmente, y en todas las auditorías volvió la pregunta: “Y cuál es el plan estratégico para reemplazar el glifosato ?”.

También se suma la preocupación  de estar siendo “reemplazados con la producción de otra parte del mundo y empecemos a perder mercados. El té que no estás exportando en los tiempos normales difícilmente después tenga un repunte“, sentenció el productor.

En este contexto, Klingbeil comentó que pidieron una “reunión urgente con el ministro del Agro en conjunto con el próximo vicegobernador, quien según la Constitución misionera es el encargado de velar por la situación del agro en la provincia y ya está al tanto porque tuvimos varias reuniones y en todas le expresamos nuestra preocupación por la prohibición del uso del glifosato y ahora le queremos comentar que dejó de ser una preocupación para prácticamente ser un problema concreto“.

Se debería derogar el artículo 7 de la ley de Bioinsumos” o demorar su aplicación “por diez años, así mientras tanto vemos si encontramos realmente una alternativa porque hoy no la tenemos, se vendió un producto que es un secante, económicamente no sabemos si es rentable o no porque no tenemos precio”, finalizó.

“Yo creo que no va a ser redituable, hay una diferencia muy grande con el glifosato, porque hoy el producto que está promocionando la Provincia lleva 7 litros del producto, en 13 litros de agua, o sea en una mochila para pulverizar de 20 litros, tengo que meter 7 del producto secante y el resto completar con agua y nosotros en esos 20 litros de agua ponemos 200 cm3 de glifosato”, aseguró Klingbeil.

Aparte de la cuestión técnica en el uso de este producto, ya que debe aplicarse en las primeras horas del día y necesita recibir mucho sol para que actúe quemando a la planta. “La quema en superficie, no la mata en raíz, es un secante y no un herbicida y ¿Cómo hacemos con estas condiciones de clima si hoy va a ser el único día que no se ha pronosticado chaparrones?”, sentenció.

Un mercado competitivo

Lo que hay que entender es que, el dueño de la verdad, en cualquier mercado, es el consumidor. Nosotros, por más que vendamos que es el mejor producto, todo lo que querramos, el consumidor decide comprar y listo, o no comprar”, afirmó.

“En una producción tan competitiva como es el tema que nosotros somos entre el noveno y el décimo de todo el mundo, pero los primeros nos sacan años luz de diferencia, creciendo en producción (nosotros venimos retrocediendo hace años) y hay nuevos países que se meten en el té. Entonces, la competencia es feroz y se adecuan a lo que quiere el consumidor y nosotros hacemos la contra de lo que piden”, finalizó.

Fuente: Diario Primera Edición/ Medios Digitales