Productores dejaron un 40% de la producción en planta porque los secaderos compraron menos hoja verde. La industria denuncia una caída de ventas al exterior. ¿Se pierde la producción de té?
La industria tealera atraviesa un momento crítico desde su llegada a Misiones, hace poco más de cien años. Caída de mercados y una producción acrecentada por las lluvias llevaron a terminar el período de zafra un mes y medio antes de lo habitual. Situaciones nada nuevas, ya las tratamos en notas anteriores ver: https://lavozdisruptiva.com/index.php/2024/01/16/crisis-del-te-nuestros-compradores-buscaron-otros-mercados-mas-baratos/
El sector cuenta con dos realidades muy diferentes que reciben el impacto de esta crisis cada una a su manera. Mientras los pequeños productores no consiguen vender su cosecha, la industria tuvo una significativa caída de ventas que, según explicaron, sucedió por diferentes factores.
Según explicaron desde el sector, alrededor de 60 secaderos funcionaban al principio de la zafra y especulan que la próxima semana terminen de operar los últimos diez que todavía compraban hoja verde para procesar.
“La verdad es que es muy grave la situación y no se ven caminos para mejorar”, señaló el productor y dirigente de la zona centro de la provincia, Cristian Klingbeil.
“Acá en la zona están quedando tres secaderos que están recibiendo de pequeños productores, después están los grandes que si “laburan”, lo hacen con té propio desde hace rato, como ser Urrutia, Don Basilio, están “laburando” prácticamente solo con producción propia”, agregó.
Klingbeil señaló además que, estos pocos que todavía funcionan, reciben la hoja verde “a cuenta gotas”, para recibir un poco de cada productor. “Hay productores que pueden tener cinco o seis cargas y les están recibiendo dos, para cosechar un porcentaje nomás de su té”.
Asimismo, advirtió que, “desde el municipio de San Vicente, hacia el norte de la provincia, como así también a lo largo de la ruta nacional 12, ya no hay casi industrias recibiendo té de los pequeños productores“. “Si hay alguno que trabaja, es uno que lo hace con su propio té, después la cooperativa de Ruiz de Montoya también creo que está parada ya hace un buen tiempo”.
El productor explicó que también hay secaderos que reciben el producto pero sin precio, ni fecha de pago. “O sea, ellos reciben el té, elaboran y cuando ellos logran vender, te pagan al precio que puedan pagar. Ahí hay algunos que cosechan, arriesgan y otros que dejan su producción en planta nomás, porque lo que más se ve son las plantaciones que quedaron a mitad de camino”, indicó.
No obstante, a pesar de todas estas posibilidades, el panorama no es el mejor. Debido a las continuas lluvias, las plantaciones crecieron en mejores condiciones y mayor volumen que en las zafras anteriores, pero esa “bonanza”, no se tradujo a los números finales.
Con una merma importante en la compra, por parte de la industria, un 40% de la producción quedó en planta, sin cosecharse.
“Lamentablemente la demora en las exportaciones y la falta de secaderos, problemas puntuales cómo la falta de chip y en su momento muchos cortes de luz por las tormentas y todas esas cuestiones hicieron que las plantaciones queden a mitad de camino con una inversión muy grande con todo el trabajo de encallerado, la poda, la aplicación de herbicidas para controlar la maleza y fertilizantes”, señaló Klingbeil quien estima hará que muchos productores no cuenten con recursos para encarar la siguiente cosecha.
“De antemano sabemos que alguna ayuda va a ser difícil que se consiga, como las veces anteriores que conseguíamos el fertilizante subsidiado, ahora la posibilidad es nula”, apuntó.
Una industria a la espera
Desde el sector industrial atribuyen esta crisis a diversas cuestiones, algunas referidas a un mercado internacional que espera con incertidumbre lo que sucederá con la Ley de Promoción de Bioinsumos, además de una caída global del consumo, sobreproducción de materia prima y un incremento en todos los costos operativos, en los que incluyen la dificultad para adquirir chips de madera.
“Sí es verdad que, este año, hubo una merma en la compra de té de afuera que se puede deber a dos cosas, una a que haya bajado el mercado y el consumo, eso puede ser una de las posibilidades, y la otra puede ser que los habituales compradores saben que, a partir del año que viene no se puede usar más glifosato y eso les genere dudas”, explicó el empresario Enrique Urrutia, referente del sector industrial a este matutino.
“Nosotros el té que vendemos en noviembre o diciembre del 2023, terminamos de cargar en enero y febrero del 2024. Quiere decir que, lo que yo produje, lo que vendí en noviembre y diciembre de este año que pasó, lo voy a terminar de entregar los primeros meses del 2025”, señaló y agregó que eso abre la posibilidad de que los clientes opten por, en lugar de comprar por doce meses, lo hagan por seis, por no poder garantizarle una continuidad del mismo producto.
Por tal motivo, solicitaron nuevamente al Gobierno provincial que se expida al respecto y les brinde una solución a esta problemática.
“Cada día que pasa le estamos haciendo pensar más a las empresas como para ver si van a seguir comprando o no, si compran menos, eso repercute directamente en nuestras ventas”, señaló el empresario tealero.
Adelanto de cobros del subsidio para fertilizantes
Al inicio de la temporada, los productores recibieron fertilizantes subsidiados que debían ser devueltos a partir de la segunda quincena de abril. No obstante, algunos secaderos adelantaron los cobros de los mismos, para asegurar el pago. “Lamentablemente muchos secaderos se adelantaron en la cobranza a los productores de esa parte y también, por consecuencia de que los secaderos están parados o no pudieron recibirles todo el té, hay gente que está con deudas”, señaló Klingbeil.
El referente agrario explicó que están evaluando varios casos particulares para solucionar aquellos que todavía no lograron pagar lo que deben.
“Además de los que adelantaron el cobro, para asegurar el pago, hay otros que refinanciaron para la próxima zafra la parte que deben pagar los productores, los que hablaron con sus productores y pusieron acuerdos para pasar la deuda al próximo año, es decir, el secadero afronta esa deuda con el Ministerio del Agro”, indicó.
Klingbeil advirtió además, que había productores o grupos de certificadores independientes que no tenían atada su producción a entregar a un secadero de té, entonces ningún secadero les quería entregar el cheque de garantía, que pedía la cartera agraria.
Es por este motivo que accedieron o consiguieron algún cheque de alguien que les prestó. “Con esos casos se está viendo, en conjunto con el Ministerio del Agro, cómo se resuelven en estos días esos problemas puntuales, que no son muchos por suerte”, aseguró.
Fuentes: Información de Primera Edición y Medios digitales