La cultura de la cancelación y la deconstrucción obligan a otro tipo de humor.Además, muchas emisoras ahora se ven por YouTube y eso cambia el perfil de los cómicos.Opinan Ariel Tarico, Roberto Moldavsky, Rolo Villar, Malena Guinzburg.
El humor radial no es ajeno a la revolución cultural y tecnológica. Se tuvo que adaptar a las nuevas tendencias de la comunicación, signadas por las redes sociales y el streaming. Los oyentes tienen otros estilos de vida y otras formas de consumir radio. Acceden a la tan mentada “magia de la radio” a través del celular o de la compu, escuchando y también viendo por YouTube lo que sucede en los estudios.
Eso obliga a conductores, locutores y humoristas a aparecer en cámara, lo que en otras épocas hubiera sido impensado. Las claves del humor también fueron aggiornadas a partir de la incorporada “deconstrucción”. Lo que antes provocaba risa, ahora no lo hace.
Como siempre, el éxito es el que puede darnos un panorama de lo que es aceptado por la gente, y por eso Clarín entrevistó a varios referentes del humor radial. A los más exitosos de las radios más tradicionales, y también a algunos exponentes de las nuevas generaciones y a respetados profesionales de la Vieja Escuela.
En su diversidad, cada uno con sus propias búsquedas y arribando a diferentes resultados, los humoristas más escuchados de la radio profundizan en sus singulares estilos.
Ariel Tarico
que trabaja en dos ciclos de Radio Rivadavia (Pan y circo, con Jonatan Viale, de 10 a 12; y en Crónica de una tarde anunciada. junto a Nelson Castro, de 16 a 19), asegura sobre su estilo: “Lo que se genera es como una especie de improvisación teatral, donde yo tomo las características del personaje que imito y los periodistas se animan a preguntarme cosas que no se atreverían a preguntarle al personaje real. Tiene que ver con los talleres de teatro que hice. Así tomo un poco las características de un personaje y después lo hago volar.”
Con su humor, Ariel Tarico es un ácido cronista de la actualidad política, en Radio Rivadavia. Foto: Guillermo Rodríguez Adami
Roberto Moldavsky
Protagonista de divertidos pases entre el programa Alguien tiene que decirlo de Eduardo Feinmann y Lanata sin filtro de Jorge Lanata, Radio Mitre explica: “Yo me formé con el humor radial de Juan Carlos Mesa y para mí estar trabajando junto a Rolo Villar es realmente una escuela del humor. Yo no hago imitaciones, tampoco tengo chistes. Soy más bien de monólogos, de describir situaciones, de crear ambientes, de traer temas y delirar… Mi estilo es hacer cosas muy bizarras”.
Roberto Moldavsky se luce en Radio Mitre, en el pase entre Eduardo Feinmann y Jorge Lanata. Foto: Juano Tesone
Radio para ver
Muchas radios incorporaron la posibilidad de transmitir en vivo por YouTube lo que esta pasando en el estudio durante el programa. Así, el oyente también pasa a ser una especie de televidente a través del streaming.
Esta nueva tendencia es mejor recibida por los humoristas que no hacen imitaciones, ya que quienes le ponen la voz e imitan a políticos, deportistas, actores y modelos no suelen estar caracterizados como en el teatro o en la TV, y así dicen que se pierde la magia.
Malena Guinzburg (actualmente con el unipersonal Querido diario; y que trabajó en los programas radiales Sarasa con Ronnie Arias y Basta de todo con Matías Martin), afirma: “Ya pasó eso de decir que con el streaming se pierde la magia, porque muchos de los que hacen radio son conocidos, entonces no es como pasaba antes que la voz de la locutora generaba una fantasía… Igual me molesta como oyente cuando se le habla nada más que al que está viendo y el que está escuchando no entiende nada”.
Malena Guinzburg
Ariel Tarico ofrece un análisis muy particular: “Al YouTube en radio la gente lo toma como una especie de miniteatro o minishow. Se engancha viendo la radio porque le divierte, según lo que me escriben los oyentes, qué caras pongo para imitar a determinado personaje. Es un poco lo que sucedía cuando la gente lo iba a ver a Luis Sandrini a la radio. El tipo aparecía de traje y no se disfrazaba de su personaje Felipe: leía un libreto y el público lo veía así, en vivo, y lo disfrutaba. Y al mismo tiempo, otros lo escuchaban por la radio y se lo imaginaba”.
Malena Guinzburg afirma: “Las mujeres estamos ganando espacio a los codazos, y sigue habiendo prejuicios no sólo a la hora de hacer humor, sino de estar al frente de programas. Queda mucho por hacer todavía”
Flora Alkorta agrega: “Siempre se escuchó el discurso machista de que las mujeres no somos graciosas. Es una gran mentira y cada día se demuestra, porque no hay un género más gracioso que otro. Es como decir que los altos son más graciosos que los bajos, es ridículo. A la mujer no se le permitía comer con la boca abierta, sentarse mal, ni ser grosera. Obviamente tenés muchas dificultades para ser humoristas si no se te permiten cosas. Pero eso fue cambiando con los años y por eso va creciendo la incursión de chicas en el terreno del humor. Lo ves más en los stand up y en los streaming que compiten con los medios tradicionales”.
Deconstrucción o de qué nos podemos reír
El humor fue uno de los géneros que más transformaciones sufrió a partir de la llamada “deconstrucción”. Muchos humoristas entendieron que lo que hacía reír hace varias décadas, ya no sólo no causa gracia, sino que naturalizaba formas de agredir y discriminar.
Rolo Villar es uno de los referentes del humor radial, desde sus participaciones en Mitre.
“Se puede hacer humor con todo, siempre y cuando los chistes sean buenos. Ese es mi lema. No es que me prohíbo hacer chistes machistas porque está mal, sino porque no me causan gracia”, asegura Malena Guinzburg.
Flora Alkorta agrega: “Yo también soy guionista y escribí durante muchísimos años para Pablo y Pachu y para Fredy Villarreal. Era un humor misógino. En lo radial arranqué en 2017 con María O’Donnell, cuando ese cambio ya estaba implementado. La llamada ‘deconstrucción’ fue un acto de justicia. Lo viví con mucha alegría, porque reírse del débil siempre fue horrible. Lo teníamos naturalizado, pero después nos dimos cuenta de que estábamos haciendo un humor incorrecto.”
Rolo Villar (Alguien tiene que decirlo, con Eduardo Feinmann; y Encendidos en la tarde, junto con María Isabel Sánchez; ambos por Radio Mitre) opina diferente y explica su punto de vista: “Hay un solo humor, el que hace reír. Yo al negro le llamo negro, ¿sabés por qué? ¡Porque es negro! Yo soy gordo y ¿sabés cómo me dicen? ¡Gordo! A la brocha gorda nadie le dice ‘brocha excedida de peso’”.
Por su parte, Tarico dice: “El progresismo muchas veces ocupó el espacio que en algún momento ocupaba la Iglesia, ese lugar de moralina, eso de decir con qué se jode y con qué no. Me parece que ahora estamos pegando la vuelta de eso”.
Moldavsky aporta lo suyo: “Acompaño esa movida aunque no puedo cambiar quién soy ni voy a hablar con la ‘E’. Yo hablo de lo que sé y de lo que viví. Pero creo que si los cambios están buenos, está bien que el humor los acompañe”.
Gaby Acosta se define como “salvaje”. “A mí, medio que me chupa todo un huevo. Empecé a trabajar hace 20 años y ya decía cualquier barbaridad. Hoy no es que tengo un listado de cosas que no se pueden decir, lo mío es medio intuitivo. Pero por lo general voy hasta el límite y lo paso, no tengo problema. De última, si al tipo que escucha no le gusta el chiste que hago, puede cambiar de programa”.
Gaby Acosta tiene dos maneras de trabajar el humor, con guiones e improvisando. Está en Rock and Pop.
Marco Caldironi, conocido como “Mareke”, quien trabaja en Arizona, Rock&Pop, con Ari Paluch; y en la FM de Radio Nihuil de Mendoza, afirma: “Por trabajar en Rock&Pop me diferencia el hecho de ir un poco más allá, pasar algún que otro límite, más que otros humoristas que, al trabajar en medios, tienen más cuidado. No pueden decir las barbaridades que puedo expresar yo por trabajar en un lugar con un perfil rockero y transgresor”.
Y agrega: “Esta nueva generación woke (que busca empoderar a grupos históricamente marginados o estigmatizados) es como que está todo el tiempo diciendo: ‘No te rías de eso, no te rías de eso…’. Pero hay gente a las que, aunque esté mal o sean incorrectas, esas cosas todavía les causan gracia”.
“Pato” Benegas (en Somos Radio, AM 530, con Roberto Caballero y en Del Plata junto a Luis Ventura), dice que la “deconstrucción” fue un avance. “Me ayudó a pensar más, a salir del lugar cómodo del chiste armado. Y así tuve que rearmar otro esquema de humor, donde se puede decir lo mismo sin tener que ser tan explícito. El chiste misógino, el chiste ofensivo, eran más explícitos”.
Humor en tiempos de crisis
En algo todos coinciden: el humor en tiempos de inflación, ajustes, hechos de violencia e incertidumbre política es más necesario que nunca.
Rolo Villar declara: “A la mañana con Feinmann tiro treinta chistes; y a la tarde con María Isabel Sánchez, entre quince y veinte. Los míos son chistes muy cortitos, y siempre me quedo con algunos afuera, porque la actualidad me da todo el tiempo más material. Este es el mejor momento para hacer humor, sino te pregunto: ¡¿cómo hacés humor en Suecia?!”.
Tarico concluye: “No se trata de evadirse de la realidad, sino de procesarla con humor”.
Fuente: En base a nota de Clarín