Yerba mate : Promesas a $305, pagos a $205, la trampa detrás del precio

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Cosecha “por la mitad” o también ahora llamada “por goteo”, precios malos  y el Estado ausente: la zafra yerbatera 2025 comienza en crisis.

En plena “zafra grande”, la yerba mate vive una de sus crisis más profundas en años. Con los precios mínimos pisoteados y un mercado desregulado que castiga al pequeño productor, Misiones es hoy escenario de protestas y acampes al costado de algunas rutas. Mientras el Ministerio del Agro habla de acuerdos y precios justos, en la chacra la realidad es otra: la hoja verde se paga muy por debajo de lo prometido, con cheques a 90 o 120 días, cuando no con pagos en negro.


Kubitz: “Nos pagan menos de los 305 prometidos”

Egon Kubitz, productor de la zona centro, no oculta su indignación. Participa de los acampes sobre la Ruta 14, donde muchas familias reclaman precios dignos. “Nos prometieron $305 por kilo de hoja verde, pero la realidad es que se paga entre $205 y $210, con suerte. Y con cheques a larguísimo plazo. Así no se puede sostener la tarea“, denuncia. Incluso algunos secaderos llegaron a ofrecer apenas $40 en efectivo para el tarefero, y el resto… lo que venga.

Según Kubitz, cada vez son más los colonos que se suman a los reclamos. “La zona centro está parada. No se levanta yerba. La industria se niega a firmar actas de precios porque ‘son libres’ y pueden pagar lo que quieren. Y el Estado, ausente“, relata. Asegura además que la situación empieza a derramarse sobre el resto del entramado productivo local: el chip de madera se acumula sin uso, los secaderos no trabajan, el té está parado. “Si no fuera por el tabaco, esto estaría completamente colapsado”, advierte.

Para Sergio Delapierre: “Fracasó el Ministerio del Agro”

Del otro lado, Sergio Delapierre, referente de la Mesa Asesora Yerbatera y exdirector del INYM, dispara contra el gobierno provincial: “El Ministerio del Agro fracasó. Prometieron un piso de $305, pero hoy nadie, o casi nadie, está pagando ni $260. El Estado sigue recaudando, los molinos ajustan para abajo y el productor ya no tiene dónde ajustar. Se come su capital con la ilusión de que alguien le consiga $450 después de las elecciones”.

Delapierre también pone el foco en los más perjudicados: los pequeños y medianos productores. “El colono que cosecha con su familia, que vive de su chacra, se las arregla como puede. Pero el mediano productor, que tiene tareferos, que depende solo de la yerba, está en la lona. Ya empieza a despedir gente, a recortar tareas. ¿Hasta cuándo?”, se pregunta, en un duro análisis sobre la crisis del sector yerbatero, producto de la desregulación del mercado propiciada por el DNU 70/23 y la sobreoferta de materia prima.


Con protestas en las rutas, las asociaciones rurales retirándose de las mesas oficiales, y la actividad paralizada en varias zonas clave, el conflicto yerbatero promete escalar si no hay respuestas urgentes. Mientras tanto, en los pueblos del interior misionero, la economía se frena, los comercios no venden y el malestar crece. El precio de la yerba no es solo un número: es el límite entre la subsistencia y la desaparición de cientos de familias productoras.

Fuente: Medios digitales