La marcha de esta semana fue real: jóvenes, familias e independientes. La interna entre Santiago Caputo y Petovello que derivó en la protesta en defensa de la educación pública.
Por: Jorge Lanata Para: Clarín
En el fondo -y no tan al fondo- Milei no cree en la educación pública.
Seguramente sueña que, de ganar su “batalla cultural” la educación a cargo del Estado deje de existir. Por eso debe haber observado la crisis de esta semana como un problema de tiempos. Pero la marcha de esta semana fue la primera bala que le entró de lleno: antes hubo marchas “profesionales” -la CGT, los piqueteros- pero esta fue una marcha real. Mas allá del “tren fantasma”, que no llegó a teñir la movilización, esta fue una marcha de jovenes, de familias y de independientes.
Esto queríamos decir hace meses cuando decíamos que, de ganar Milei, iba a costarle controlar la calle. El kirchnerismo tratando de colgarse de la marcha representó la imagen patética de gente buscando una brújula.Y lo que agravó todo fue que el gobierno repitiera su estilo “patota” en la aplicación de la motosierra con una institución centenaria y organizada que puede gastar bien o mal pero tiene sus controles y funcionan.
Esta no fue una discusión sobre los ingresos o las tarifas, sino sobre el futuro: para tres cuartas partes de la Argentina la universidad es la única manera de mejorar su vida. Como siempre se trata de encontrar un culpable, el gobierno señaló a su subsecretario de Políticas Universitarias Alejandro Alvarez,”el Galleguito”, hijo de Alejandro “Gallego” Alvarez fundador de Guardia de Hierro, la organización que trabajó para el retorno de Perón en los ’70 y se oponía a Montoneros.
El Galleguito comenzó a estudiar ciencias políticas en la UBA y fundó la agrupación La Vallese, ligada a la Juventud Universitaria Peronista, contrapuesta a Franja Morada, liderada por el vicerrector Emiliano Yacobitti. Alvarez fue durante más de veinte años empleado del Congreso y militó dentro de ADUBA, la asociación de docentes de la UBA. Se acercó a Milei en los últimos años principalmente a través de la bandera “provida”. Pero Alvarez flota en la superficie y esconde tensiones entre Santiago Caputo, asesor estrella del presidente, y Sandra Petovello,a cargo de un superministerio que tiene bajo su orbita a la educación. Desde el “petovellismo” aseguran que la negociación con las universidades se complicó cuando Caputo entró en el juego y puso a Alvarez a cargo.
-En nuestros análisis más finos la conclusión fue que si la clase media no hubiese estado en una situación de tanta incomodidad económica posiblemente la respuesta a la marcha hubiera sido menor, pero solo un poco menor -comentó a Clarín una fuente de Casa Rosada –. No lo vemos como una quita de apoyo, sino como un ¿esto también me vas a sacar?.
En el gobierno hay miedo de que empiece a sentirse la fatiga del ajuste. De hecho, se postergó para junio la quita de los subsidios de luz y gas para los sectores medios y bajos
Fuente: Clarín