Por: Marina Artusa Para: Clarín
Europa celebra, como el manual de lo políticamente correcto indica, la firma del plan de paz que el presidente estadounidense Trump desplegó este lunes en Egipto.Sin embargo, este anhelado alto al fuego y la liberación de los rehenes no deja de ser una puntada en la boca del estómago de una Europa que “estuvo pintada” en las negociaciones y que hoy aplaude el logro trumpista, aunque se desconozca su verdadero alcance y duración.
Europa celebra, como el manual de lo políticamente correcto indica, la firma del plan de paz para Gaza que el presidente estadounidense Donald Trump desplegó este lunes en Egipto.
Sin embargo, este anhelado alto al fuego a la lluvia de bombas sobre las cabezas de la gente gazatí no deja de ser una puntada en la boca del estómago de una Europa que “estuvo pintada” en las negociaciones y que hoy aplaude el logro trumpista, aunque se desconozca su verdadero alcance y duración.
“España da la bienvenida a la propuesta de paz para Gaza impulsada por Estados Unidos. Hay que poner punto final a tanto sufrimiento. Es la hora de que cese la violencia, se produzca la inmediata liberación de todos los rehenes y se dé acceso a la ayuda humanitaria para la población civil”, dijo el presidente español Pedro Sánchez, apenas se conocieron los 20 puntos del plan de paz que el líder estadounidense fue cosiendo con el apoyo de los principales países árabes con los que Trump negocia a título personal.
Sánchez, el socialdemócrata que lidera la coalición de izquierda en España, está al frente de uno de los poquitos gobiernos progresistas en una Europa escorada, cada vez más, hacia el conservadurismo más rancio. De los 27 países que integran la Unión Europea, 14 están gobernados por partidos o coaliciones de derecha, en un amplio abanico de intensidades conservadoras.
El presidente español se jacta de haber estado, junto a Noruega, Eslovenia e Irlanda, entre los primeros en reconocer el Estado de Palestina, en mayo del año pasado.
Y su apuesta es “la solución de dos Estados, Israel y Palestina, conviviendo uno junto a otro en paz y seguridad -le gusta decir a Sánchez-. Es la única posible”.
Lo suyo fue, hasta ahora, “presionar” a Israel anunciando sanciones, llamar “genocidio” a la masacre en Gaza y liderar el progresismo de los gestos. Lo hizo cuando aplaudió las manifestaciones pro-palestinas que suspendieron el último tramo de la carrera ciclista internacional La Vuelta de España en Madrid y lo volvió a hacer cuando su país advirtió que podría no participar en el concurso musical de Eurovisión si Israel lo hacía. Insinuó, además, que esta condición podría extenderse al próximo Mundial de fútbol.
España, además, apoyó y veló por el regreso a casa sanos y salvos de los casi 50 compatriotas que participaron en la flotilla humanitaria Global Sumud que intentó acercar ayuda a Gaza y fue interceptada por tropas israelíes.
“Mientras la izquierda hacía marchas y barquitos con la bandera palestina, Trump trabajaba en un plan de paz que consiguió detener la guerra y liberar los rehenes”, se ironizaba desde las redes sociales contra el progresismo europeo, anémico y en crisis.
Besamanos a Trump

Un día después del besamanos que los españoles vieron por la tele al rey Felipe VI por el 12 de octubre, día de la Hispanidad, la escena se repitió este lunes en Egipto, donde Trump, como un anfitrión, recibió y estrechó la mano a los líderes internacionales que asistieron a Sharm El-Sheikh, escenario de la firma del acuerdo de paz.
Los 15 segundos del encuentro con Pedro Sánchez fueron amables, a pesar de que, hace unos días, el presidente estadounidense propuso la salida de España de la OTAN por su negativa a destinar el 5 por cientos de su PBI a la alianza defensiva.
Antes de aterrizar en Egipto, la primera escala del tour de gloria de Trump fue en Israel, donde se reunió con familiares de los rehenes que Hamas secuestró en octubre de 2023 y liberó este lunes y habló en el Parlamento israelí, en Jerusalén.
Allí se atrevió a pedirle al presidente de Israel, Isaac Herzog, “que indulte al primer ministro Benjamín Netanyahu”, involucrado en varias causas judiciales.
Netanyahu está acusado, además, de cometer crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Hay una orden de detención en su contra.
“Las investigaciones en la Corte Penal Internacional siguen en marcha, eso va a continuar, pero hoy aquí, en Sharm el Sheij, estamos todos unidos con esperanza de que es posible una paz definitiva, de que esta vez, y eso es lo que España quiere, sea la última vez que veamos esta espiral de violencia”, dijo este lunes el ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel Albares.
Fuente: Clarín
