Yerba mate: Productores en jaque por desregulaciones, precios bajos y el fantasma del exceso de oferta.

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La cadena productiva de la yerba mate esta en crisis. Las miradas ante ella no son las mismas según la expresen los distintos componentes de la cadena.

Desde la desregulación del mercado impulsada por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 del presidente Javier Milei, los pequeños productores denuncian una caída drástica en los precios de la hoja verde, mientras la industria defiende el nuevo esquema sin intervención estatal.

El INYM estableció un costo de producción de $355,41 por kilo de hoja verde puesta en secadero, aunque esta estimación no fue firmada por el sector industrial. Sin embargo, los productores denuncian que actualmente reciben $200 por kilo, lo que no cubre los costos y los obliga a trabajar a pérdida.

Productores: Quieren precio regulado y justo

Hugo Sand, referente del sector productivo misionero, expresó su preocupación por las recientes políticas del Gobierno nacional, que, según sostiene, están llevando al borde del colapso a miles de pequeños productores. Sand criticó también, la eliminación de las restricciones anuales para realizar nuevas plantaciones de yerba, medida que favorece -según su criterio- a “los grandes plantadores” y va contra la subsistencia de los pequeños colonos.

Desde el Cruce Karabén, instan a los colonos a no entregar la cosecha. “Recomendamos, solicitamos, rogamos a los colonos que no entreguen la yerba porque esto no tiene solución así”, afirmó Sand.

Para los industriales: El precio lo pone el consumidor

Víctor Saguier, presidente de la Cámara de Molineros y titular de la firma La Cachuera SA (yerba Amanda), defendió el nuevo escenario en una entrevista, advirtiendo que los productores “van a tener que reconvertirse o abandonar la actividad si no les cierran los números”. “Es doloroso, es cierto, porque vos antes tenías la seguridad de que te iban a pagar un precio más o menos bueno, aunque vos produzcas poco”, afirmó Saguier. “Obviamente que va a haber una reconversión y obviamente aquellos a los que no le cierra el número van a abandonar la actividad, o se van a tener que reconvertir, que es lo que nosotros siempre decimos”.

El empresario también señaló que la industria no es la que fija el precio de la materia prima, sino el consumidor: “El que manda es el consumidor, y si el consumidor paga un precio determinado, y eso después se va hacia abajo”.

Esas declaraciones generaron una fuerte reacción en el sector primario, que lo acusa de promover el despojo de chacras y favorecer la concentración. Julio Petterson, subsecretario de Asuntos Yerbateros de Misiones, afirmó que “van a quedarse con la tierra de nuestros productores, y los productores van a terminar en las villas miserias”.

La Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM) y el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) rechazaron los lineamientos del Gobierno nacional y reclamaron un proyecto con inclusión, empleo digno y respeto por la naturaleza. En un comunicado conjunto, denunciaron que, tras la desregulación del sector yerbatero dispuesta por el DNU 70/23, se asiste al “saqueo más grande de la historia” contra toda la cadena productiva.

Las organizaciones también criticaron la idea de que el consumidor tenga el poder en el actual esquema de mercado. “El que tiene poder es quien tiene el dinero”, afirmaron, y advirtieron que el consumo de yerba mate está cayendo porque muchas familias ya no pueden costearla.

¿Hay incremento de la oferta de hoja verde?

Si bien la desregulación del mercado y la caída de precios son los factores más visibles en la coyuntura actual, hay una dimensión de fondo que empieza a emerger con fuerza entre analistas y algunos actores del sector: el fuerte incremento de la oferta de hoja verde producto de las plantaciones realizadas en los últimos años, que ahora comenzaron a entrar en producción.

Durante la última década, el cultivo de yerba mate se expandió considerablemente en Misiones y no tanto en Corrientes, con nuevas hectáreas incorporadas —en muchos casos— sin una planificación integral del mercado y a pesar que se intento restringir el acceso a nuevas plantaciones con la Resolución INYM 170/2021 finalmente derogada recientemente.

El exceso de plantaciones de yerba de todo tipo, realizadas por productores grandes, por chicos, por quienes renovaron plantaciones viejas, por quienes completaron cuadros, por quienes aumentaron la cantidad de plantas agregando líneos a los existentes, comenzaron a  cosecharse en forma plena y han generado una sobreoferta silenciosa que presiona a la baja los precios, justo cuando desaparecieron las herramientas regulatorias del INYM, principalmente la de asegurar un precio al productor de cumplimiento obligatorio por la industria tal como se hacía antes del Decreto 70/23.

Este fenómeno, aunque pocos lo mencionan abiertamente, explica en parte por qué el sector industrial se muestra reticente a pagar un precio que cubra los costos reales de los pequeños productores. Con abundancia de hoja verde en el mercado, y sin un sistema de cupos ni regulación de precios, las industrias tienen mayor poder de negociación y pueden optar por comprar más barato.

Para muchos colonos, este desequilibrio fue previsible: “Lo advertimos cuando comenzaron a liberar nuevas plantaciones sin un control serio. Hoy el mercado está inundado”, comentan desde algunas cooperativas.

Esta situación pone sobre la mesa la necesidad de debatir seriamente una política de planificación productiva de largo plazo, que no solo contemple los derechos y necesidades de los productores actuales, sino que también evite caer en los vaivenes de una oferta descontrolada. Porque cuando la abundancia no es regulada, suele volverse contra quienes la producen.

Fuente: La Voz Disruptiva