Mientras acá sigue el bolonqui, nuestro máximo rockstar sacude al mundo con sus excentricidades.
Por: Alejandro Borensztein Para: Clarín
Antes que nada, agradecemos a Alberto y a Cristina por seguir aportando su experimentada mirada sobre los problemas argentinos. Alberto, porque dijo que este es un gobierno de ineptos (si lo dice él que es un especialista en la materia debe ser así, nomás) y Cristina porque le reclamó al gobierno la falta de gas y la torpeza en el manejo del tema energético. Palabra más que autorizada siendo que Ella misma fue la reina del descalabro tarifario energético y la responsable de la pérdida del autoabastecimiento. Faltaría conocer la opinión de Julio de Vido para redondear la idea.
Estas cosas son las que sostienen al gobierno de Javi. Y eso que todavía no salió a hablar Massa, el champ. Dicho sea de paso, flor de estadista nos perdimos con Sergio.
En otras palabras, el presente político argentino se resume fácilmente: ¿Javi y su gobierno están más locos que un plumero? ¡Yes! ¿Preferimos que vuelvan Cristina, Alberto y Massa? Never in the puta life.
La inevitable comparativa siempre juega a favor de Javi. La locura y el disparate le ganan cómodamente al pasado.
Sin embargo, ya se escuchan algunas críticas, un poco injustas, contra el gobierno. Por ejemplo, el tema de las 5.000 toneladas de alimentos que no se repartieron a tiempo y que ya se les están venciendo. Vamos, no es para tanto. ¿A quien no se le venció alguna vez un yogur en la heladera? Al fin y al cabo, entre un yogur y 5.000 toneladas de morfi solo hay un problema de tamaño. ¿No era que el tamaño no importaba?
Además pensemos que Sandra Pettovello es la ministra de Capital Humano y está a cargo de Educación, Cultura, Acción Social, Trabajo, PAMI y ANSES, entre otros organismos. ¿Cómo pretenden que esta pobre señora tenga tiempo para mirar la fecha de vencimiento de cada sachet de leche?
Son millones de kilos de arroz, fideos, yerba, etc. Para entender la dimensión del problema, estamos hablando de comida a punto de pudrirse equivalente al peso de 5.000 autos, o de 55.000 soldados, que es todo el Ejército Argentino completo, con sus oficiales, capitanes, coroneles y generales. Lo explicamos así para que Vicky lo entienda mejor.
¿Estará la ministra Pettovello capacitada para semejante tarea? Posiblemente no, pero tiene una ventaja gigantesca: su antecesora en Acción Social era Victoria Tolosa Paz, aquella candidata a diputada a la que aparentemente unos motochorros del conurbano le robaron el concepto del punto y aparte. Para colmo es la esposa de José Pochoclo. Todo ganancia para Pettovello. Como ya dijimos, en la comparativa este gobierno gana siempre.
Párrafo aparte: que la gestión de Tolosa Paz no nos haga olvidar que el ministro de Acción Social más famoso del peronismo se llamó José López Rega (en esa época era el Ministerio de Bienestar Social).
Por si quedaba alguna duda sobre Pettovello, Javi acaba de declarar que “es la mejor ministra de la democracia”. Chupala Corach.
El truco de la comparación con el gobierno anterior es muy eficaz, pero llevarlo al extremo histórico es peligroso. Visto de otra manera, también podríamos decir que si Pettovello es lo mejor que tienen, lo que debe ser el resto.
Lo mismo vale para los demás funcionarios. Por ejemplo, ¿cuál es punto fuerte de Adorni? Obviamente Gabriela Cerruti. Si el vocero presidencial aparece un día en una conferencia de prensa, en calzoncillos y con una musculosa que diga “Larreta pelado comunista se la come”, igual va a resultar más serio que Gaby.
¿Y Mondino? Se pasa el día tratando de suavizar frente al mundo las cosas que dice Milei. Le pasó con EEUU, Brasil, Colombia, México y otros países. La frase con la que siempre se disculpa es: “Javi es así”. ¿Sirve la canciller? No sabemos, pero al lado de Santiago Cafiero, Mondino es Kissinger.
Ahora la canciller enfrenta un nuevo desafío. Milei viaja a Italia como invitado a la reunión del G7. Los miembros de esta organización son EEUU (Joe Biden), Alemania (Olaf Scholz), Francia (Emmanuelle Macron), Reino Unido (Rishi Sunak), Canadá (Justin Trudeau), Italia (Georgia Meloni) y Japón (Fumio Kishida). O sea, de siete presidentes hay tres comunistas (Biden, Scholz y Trudeau) y dos sospechosos (Macron y Sunak). Para colmo también está invitado Lula que, como todo el mundo sabe, es uno de los comunistas más peligrosos de Latinoamérica. Si yo fuera Mondino me adelanto y me compro una gorra con un cartel luminoso que diga “Javi es así”.
También habrá que tener cuidado con Kishida, el primer ministro de Japón. Ahí el papelón, más que Milei, lo puede hacer Mondino. Para ella los japoneses, como los chinos, son todos iguales. ¿Es grave? Depende. Si pensamos que además de Cafiero, el canciller anterior era Felipe Solá, todo es glorioso.
De Cúneo Libarona no hay mucho para decir. Lo más complejo que enfrenta es la designación de Lijo en la Corte, asunto que se va a resolver con una fórmula muy sencilla: Milei+Cristina+Macri+Lousteau= Lijo a la Corte. Listo.
Si Nicolás Posse era mejor que sus antecesores no lo sabemos porque duró poco. Algunos versiones indican que a Posse lo rajaron por mandar espiar las conversaciones de tipos como Majul (pobre espía, hay que aguantar a Luisito). Otros dicen que lo rajaron justamente por negarse a espiar a periodistas. Nunca se sabrá.
Con Posse también voló el jefe de los servicios (la AFI). Raro porque después de Parrilli, que manejaba la AFI de Alberto, cualquier inútil servía.
Para ser sinceros también hay que decir que en la época de Macri el capo de la AFI fue Arribas, un representante de jugadores de fútbol. Si la idea era espiar a Gallardo para saber cómo iba formar el equipo, está todo bien. Pero para investigar la llegada de narcos o de terroristas, Arribas no era el más apropiado. Si yo fuera Javi, lo pongo a Stiuso y a otra cosa mariposa.
A propósito, “no hay plata” es un buen lema para todo, menos para algunas cosas tales como arreglar las locomotoras de los trenes, reparar los aviones de Aerolíneas y, sobre todo, gastar en Inteligencia para evitar que vengan terroristas a veranear a la Argentina. Ojito con esto.
Nuestra historia política reciente también se puede sintetizar en dos renglones: el kirchnerismo gobernó 12 años y destruyó el país. Macri estuvo cuatro y solo logró traerlos de vuelta. Ahora es el turno de Javi.
La realidad es que a Milei no se lo votó para que haga la revolución libertaria en el planeta. Somos más humildes, simplemente queremos que baje la inflación a un dígito anual y que ponga la economía en marcha.
Para eso, designó como ministro a Caputo. ¿Tiene alguna idea este muchacho? No sabemos. Lo que tiene es suerte: su antecesor fue Sergio Massa.
El truco del pasado vale para todos. Por ahora.
Aprovechando el viento en la camiseta, Milei anda por el mundo cazando comunistas y haciendo la revolución libertaria, “el Jefe” lo acompaña, el Caputo joven se divierte en X, el Caputo grande trata de aprender economía y el resto hace lo que puede.
Reflexión final: che vos, Guillermo Francos, no importa lo que pase, no te me movés de ahí, ¿ok? Como te dijo Javi antes de salir de gira, firme como rulo de estatua.
Fuente: Clarín