Alrededor del Presidente sostienen que se envió al Congreso apenas un cuarto de las reformas, y que se viene otra tanda vía decreto.El estilo será similar: mantener la idea de todo o nada. Milei no sufre en el poder, sino todo lo contrario: parece disfrutarlo.
Por: Jorge Lanata Para: Clarin
Aunque el discurso de la oposición se empecine en mostrar a Milei como víctima de una derrota, este delirio en el que el país vive hace semanas es, en verdad, un triunfo de la Libertad Avanza. LLA cuenta solo con 39 diputados y 7 senadores.
“Yo diseñé este plan económico antes de que Milei pasara a la segunda vuelta con el supuesto de que no iba a salir ni una sola ley. Si pasa la mitad de este proyecto, es un regalo del cielo”, le dijo esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, a quienes lo consultaron por la consistencia fiscal del programa si no salía la suba de retenciones.
Fuentes del propio ministerio lo describen así: ”No tiene ataduras políticas. Sabe que ya era el malo de la película, no tiene ningún problema en que lo acusen de lo que sea los gobernadores”.
La cuenta que sacan en el Palacio de Hacienda es que son las provincias las que van a tener que pedir la suba de impuestos antes que el gobierno central para poder pagar las cuentas y pagar el costo político de eso.
Caputo cree que la acumulación de mas de 3.000 millones de dólares de reservas logradas hasta ahora por el BCRA, una inflación alta pero descendiendo y una buena cosecha gruesa que le garantice la entrada de dólares le dan mucho más espacio que el que pensaron que iban a tener en diciembre.
La confianza los llevó a comunicarle esta semana a los bancos Morgan Stanley y Nomura que no se necesitará tomar el crédito de 1500 millones de dólares que se había pedido para fines de diciembre.
El proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos tenía 665 artículos y a diputados llegaron 386. Quedaron en el camino 278. Mas allá de la pirotécnica parlamentaria, a Milei le interesan dos temas: inflación e inseguridad. El tercer eje son lo que considera “reformas estructurales”.
Alrededor del presidente sostienen que se envió apenas un cuarto de las reformas, y que se viene otra tanda vía decreto. El estilo será similar: mantener la idea de todo o nada. Un experimentado dirigente peronista le dio un consejo en ese sentido: “antes de un mal acuerdo, es mejor quedarse sin ley e ir a un plebiscito”.
Milei no sufre en el poder, sino que por el contrario parece disfrutar de ejercerlo. No le gusta la rosca política. Lo informan de la marcha de las negociaciones –en las que no se involucra él personalmente- y sólo da el OK final. Duplica la apuesta cuando cree que lo traicionan. Eso hizo con los gobernadores, a quienes considera que permanentemente corrían el arco. Cortó por lo sano y retiró el capítulo fiscal, aún cuando había puntos que le iban a aprobar, como el blanqueo. No habrá manera de convencerlo sobre el pedido de los mandatarios: asegura que jamás coparticipará el impuesto PAIS, que, por otro lado, prevé eliminar una vez que levante el cepo.
Su verdadera mesa chica son su hermana Karina, el consultor Santiago Caputo –que recién esta semana fue nombrado como “asesor”- y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, de bajísimo perfil pero cada vez con más influencia en la gestión.
La comunicación es central en este proceso. Caputo y su equipo suelen decir que hay un “pacto con la gente” que debe respetarse para mantener respaldo. Eso incluye “no ser casta” y “mostrar austeridad”. Son dos cuestiones simbólicas que fueron parte del discurso de campaña.
“No tenemos que aparecer negociando. Somos nosotros contra los políticos”, apuntó un colaborador en comunicación, en medio del tironeo con el Congreso. Caputo tiene más poder que su tío “Toto”, el ministro de Economía, y resulta especialmente irritante para sus interlocutores de la oposición.
Hay dos cuestiones de las que Milei toma distancia: una es el termómetro social, la calle, el conurbano. Delegó la asistencia en su amiga Sandra Pettovello. Desde diciembre se cortó el envío de alimento seco a los comedores y merenderos, y todavía no se sabe cuando retomarán. Lo que sí se aclaró es que ya no habrá más entrega de comida, sino de plata, para “transparentar” el sistema. Parecen no temer lo que implica que falten alimentos en diciembre, enero y probablemente buena parte de febrero en los lugares más pobres.
El otro aspecto en el que se desliga es la situación de las provincias. No cree y tampoco se hace eco de la amenaza de que ante la falta de apoyo de Nación explote algún distrito. “Es un país federal, que se hagan cargo de lo que pueda pasar”, suele repetir, aún si el estallido de, por ejemplo, el GBA genere automáticamente una protesta en Plaza de Mayo.
La contracara de esa buena performance financiera y la curva descendente de la inflación es la amenaza de una recesión profunda. El informe del FMI estima una caída de la economía para este año del 2.8%, pero si se le saca la recuperación del campo que rebotará fuertemente post sequía, la desaceleración para este año es del 5.2%
La consultora Poliarquía detectó una caída de 9 puntos en la imagen del presidente en el primer mes de gestión. Eduardo Fidanza alerta sobre la novedad de que un presidente recién asumido pierda imagen positiva cuando debería estar en el momento de mayor generación de esperanza. Fidanza pone además una alerta sobre la idea de que el presidente va a mantener su apoyo social si logra bajar la inflación. “Eso dependerá de cuánto sea la recesión”, dice. “Si la inflación baja la imagen y el apoyo lo retiene sólo si es sin recesión. La sociedad tiene mas tolerancia a la inflación que a la recesión”.
Para el analista Lucas Romero el tiempo es una trampa para el Gobierno de Milei. Las correcciones que hay que hacer en la economía son tan profundas que requieren tiempo, y el mal clima social irá aumentando a medida que no llegan las soluciones rápidas. “El problema es que el tiempo va legitimando a la oposición. Hoy no se puede poner en frente del Gobierno más que los opositores intransigentes, que son el kirchnerismo, el peronismo y la izquierda. Pero el resto que hoy es una oposición colaborativa siente que tiene que apoyarlo en las cosas que suponen asumir costos político”. Pero a medida que pasa el tiempo la oposición, incluso la dialoguista va a tener más margen para criticar y cuestionar incluso este mismo proyecto de ley. Para Romero fue un error mandar un mega paquete de medidas al Congreso. “Era mucho más inteligente sacar menos decisiones pero más rápido y no tantas decisiones como quiso sacar y mucho más lento, porque ya pasaron 2 meses de mandato y el Gobierno no va a haber tomado las decisiones que tenía que tomar”.
Fuente: Clarin