En su primer mensaje de Navidad como Papa, León XIV ratificó la continuidad del camino iniciado por Francisco, llamó a una Curia más misionera y advirtió sobre los riesgos de la división interna. Un mensaje espiritual que también funciona como definición política en el corazón del poder vaticano.
En la semana de Nochebuena, el papa León XIV ofreció su primer saludo navideño al frente de la Iglesia Católica. No fue un mensaje más. En un contexto de expectativas, tensiones y lecturas cruzadas dentro del Vaticano, sus palabras fueron seguidas con atención por fieles, analistas y, sobre todo, por los distintos sectores de la Curia romana.
Un mensaje espiritual con definición política
El Papa llamó a una Iglesia “más misionera”, menos encerrada en sí misma y más comprometida con el mundo real. Denunció los “fantasmas de la división” y pidió superar lógicas internas que fragmentan, debilitan y alejan a la Iglesia de su misión central.
En clave espiritual, habló de unidad, servicio y humildad. En clave política, dejó en claro que no habrá una restauración conservadora ni un repliegue institucional que desande el camino iniciado por Francisco.
La Curia, entre expectativas y resistencias
Antes del saludo papal, algunas voces de peso dentro del Vaticano habían insinuado la necesidad de un “reordenamiento” tras los años de fuerte impronta pastoral y reformista del pontificado argentino. León XIV respondió sin confrontar, pero sin ambigüedades.
Francisco, legado vivo
El recuerdo de Francisco atravesó todo el mensaje navideño. No como homenaje formal, sino como referencia doctrinal y pastoral. La insistencia en una Curia al servicio —y no al poder— y el rechazo a las internas estériles remiten directamente al núcleo de su pontificado.
Una Navidad que marca rumbo
La primera Navidad de León XIV dejó una señal clara. El pontificado de Francisco no fue un paréntesis, sino un punto de inflexión. Y el nuevo Papa parece dispuesto a sostener ese legado, aun sabiendo que el mayor conflicto no está fuera de la Iglesia, sino dentro de ella.
Fuente: Nota elaborada en base al artículo publicado en La Nación, firmado por Elisabetta Piqué
