Con una gran segundo tiempo, parcial de 19-5, la Selección, que iba de punto, logró una victoria tremenda para llegar a semifinales.
Gales era favorito para la prensa británica, pero Los Pumas, y con un gran segundo tiempo, lo dieron vuelta y se llevaron el duelo de cuartos de final en Marsella por 29-17 para sacar boleto a la semifinal del viernes que viene en París. ¡Histórico!
El comienzo de Los Pumas fue el mejor de toda la Copa del Mundo, de los cinco partidos que jugaron. Movimientos precisos, continuados para ganar metros y acercarse a la meta rival, el abc del rugby. Sin embargo, le faltó la definición. En la primera que hubo para patear, Emiliano Boffelli erró el penal. Contra un equipo clínico como Gales, que da pocas oportunidades, se termina pagando caro.
Los galeses hicieron lo que se esperaba de ellos: cuando la situación estaba complicada, pateaban, y cuando recibían la pelota con espacio, atacaban por la punta derecha, donde siempre estaba dispuesto su tryman, Louis Rees-Zammit, para hacer lío. El ataque con los tres cuartos de Gales siempre se las ingeniaba para sobrar en número contra la defensa argentina.
Boffelli metió dos penales y erró uno en el PT (Emmanuel Fernández).
Equilibrado el duelo, las inconsistencias aparecieron como en otros partidos de Los Pumas. Ya no era ese comienzo prolijo, sino que las pelotas empezaron a caerse tras los tackles rivales. En una jugada que podía haber generado peligro, Juan Cruz Mallía le dio un pase a los botines a Boffelli, que no pudo capturarlo y terminó haciendo knock on. Desde ese scrum se armó la maniobra que finalizó con try de Dan Biggar bajo los palos; el 10 aumentó con un gol.
Inmediatamente, lo insólito, se lesionó Jaco Peyper, el árbitro de la polémica foto en el Mundial 2019 festejando con galeses; lo suplantó el linea 1, el inglés Karl Dickson.
Isa lleva la pelota (Emmanuel Fernández).
Argentina terminó mejorando porque Gales, además, bajó su nivel y también comenzó a perder pelotas en el contacto. Pero antes, Biggar añadió un penal para el 10-0 tras infracción de Thomas Gallo. El 10 pudo aumentar otra vez pero erró una de las que no suele fallar. Gracias…
Aaron Wainwright se agarra con el petiso Mateo Carreras (Emmanuel Fernández).
Después de que Santiago Chocobares dejara la cancha por un golpe y entrara Matías Moroni, los backs argentinos se enchufaron y, con Lucio CInti atravesando la pared roja, armaron una jugada casi de toda la cancha que, por falta de definición, no pudo prosperar. Sin embargo, ya con el 65% del territorio, Los Pumas se quedaron en campo galés. Una primera infracción la cobró Boffelli (10-3) y una segunda, hombrazo de Josh Adams a Tomás Cubelli que, al menos, merecía amarilla, le dio otra chance a Boffe para dejarlo a tiro de try (10-6) al descanso. Estaba ahí, pero faltó el try.
El ST largó como el primero para la Selección, con la diferencia que los avances sí se tradujeron en puntos. El primero, un penal que Boffe sumó de cerca, y otro lo metió desde 55 metros para darlo vuelta, 12-10.
Gales ya no era el peligroso equipo que armaba jugadas con los backs, sino que pateaba todo lo que tenía a disposición, con los backs argentinos desactivando las bombas de aire. El partido estaba ahí, quizá era cuestión de ser prolijo y no perder el control de la bola. Sí, no se pedía nada para un cuartos de final…
Michael Cheika metió a Lautaro Bazán Vélez, Matías Alemanno, Rodrigo Bruno y Eduardo Bello a los 54′. Por un penal de este último en ataque (tackle sin pelota), Gales pudo ir al line cerca de .os 22 nacionales, jujgada que deirvó en el try del ingresado Tomos Williams, que todavía no se entiende cómo se filtró en medio de las camisetas argentinas. Biggar cumplió con el trámite y 17-12 para los Dragones.
El try de Sclavi (Emmanuel Fernández).
Pero Los Pumas absorbieron el golpe y, ante 62.576 personas, esta vez el que se equivocó fue Rees-Zammit, que mandó la pelota directamente por línea de fondo y Argentina tuvo un scrum a los 61′. Costó, pero había que salir de la zona con puntos. Hasta que llego el penal, desde una posición esquinada, y se fue al line. Con otro penal, lo mismo, y otro. Seis minutos después de aquella infracción menos del wing, el Toro Joel Sclavi (había ingresado con Agustín Creevy), tras el maul, apoyó su try. Lo último de Boffelli fue meter el gol para el 19-17: entró Nico Sánchez.
Lo que siguió fueron imprecisiones y nervios puros, pero más del lado de Gales, como el scrum a favor que tuvo Gales en mitad de cancha a los 76′. “Oh Argentina vamos, ponga huevo…” retumbaba el Velodrome. Qué cerca…
¡Y más todavía! ¿De dónde salió Sánchez? El Cachorro interceptó un pase y se fue solito hacia el ingoal galés, increíble, de dónde… Su conversión dejaba el 26-17 y Gales ahora tenía que marcar dos veces.
Si algo le faltaba a Sánchez, era meter un nuevo penal, el de los 80′ para cerrar la persiana. Y abrirla para las semifinales…
Fuente: Olé Deportivo